miércoles, 2 de abril de 2008

Ojos de cielo

Ojos de cielo, rayos de sol
Una sonrisa que la vida no te borra.
Ojos de cielo, luces de amor
Flotando sobre una vida contaminada.
Ser tan hermosa te hace ser tan especial
Llenándome de vos, y sintiéndome vacío
Necesitando mucho más que tu vida
Me basta con tu mirada
Y siento que lo tengo todo
Sin haber tenido nada.
Sos mi luz, y ya no tengo oscuridad
Sos mi silencio, y ya no necesito palabras
Sos mi alegría, y olvido las tristezas
Sos mi paz, y no existen las guerras.
Necesito verte a vos, a tu belleza una vez más
Y que la arena, esta vez, no se escape de mis manos
Y en un loco intento por contener tu luz
Perderme en el interminable océano de tus ojos.
No necesito explicaciones cuando te veo
Y no puedo buscarlas mientras pienso en vos
Y aún así, lo entiendo todo
Lo entiendo todo por tus ojos de cielo.
Ojos de cielo, rayos de sol
Y tu sonrisa, opacando a las estrellas
Ojos de cielo, y luces de amor
Que poblaron el desierto de mi corazón.

(El mito: ella tenía una belleza absoluta, de esas bellezas exactas como las matemáticas, constantes como la física, diáfanas. Su pelo, su forma de caminar, su osadía. Ella le arrebataba estallidos al mundo, inalterable. Nunca supe que sentí por ella. Quizá admiración, quizá intensidad, probablemente amor. Ella era tan adolescente como yo, y éstas son las únicas palabras enreveradas que guardé para ella. Alguna vez volví a verla. Y nunca se las regalé, claro...).

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